Los niños, niñas, jovénes sin hogar en Cataluña





Después de un viaje rápido en AVE de Toledo a Barcelona, la noche de antes, llego al Paseo del Arco del Triunfo. Allí se encuentra el SINDIC (Sede del Defensor de los Ciudadanos de Cataluña). El SINDIC es una institución de defensa de derechos, como lo es la Defensora del Pueblo en España o Andalucía. Nos parecía importante tener al SINDIC en la investigación de los jóvenes sin hogar en España.

La responsable de infancia, María Jesús Larios, nos recibe en la Biblioteca, un espacio magnífico con vistas al casco antiguo de la ciudad. La Biblioteca es lo suficientemente amplia y espaciosa como para llevar a cabo reuniones de trabajo y donde recibir las denuncias o quejas de los ciudadanos, para así poder hacerlas llegar a los responsables de las administraciones encargados de poder darles respuestas.

Es por tanto, la Biblioteca del SINDIC, un espacio de escucha y respuesta a veces de intereses en conflicto, cuando esto ocurre se llevan a cabo informes o recomendaciones, como el de pobreza infantil o el de malnutrición infantil.

María Jesús Larios nos recibe con cariño y respeto por el trabajo que estamos realizando, en relación a los niños, niñas y jóvenes sin hogar; y trata, desde el principio, de estructurar su discurso que parte de una premisa general, para después ir desgranando los diferentes supuestos que se han ido encontrando a lo largo de los últimos años de crisis que ha afectado especialmente a las políticas sociales. Nos afirma que el Sistema de Protección de Menores, parte de la base de la obligación inmediata de la Administración Pública de satisfacer todas las necesidades de los niños y las niñas. 

De manera muy didáctica, nos informa sobre el funcionamiento del sistema de protección. “Si al menor la familia no lo puede atender, sus necesidades se deberán atender en otros recursos, ya sean familias acogedoras o centros de protección. Se trata de menores que están, según la terminología, sin hogar”. La cifra de menores tutelados en España son 38.000 y en Cataluña 7.000, de los cuales la mayoría están con su familia extensa, es decir, sus abuelos o tíos. Además, un tercio de ellos estarían en centros de acogida o centros residenciales o terapéuticos, que dependen de la Administración Pública.

Nos diferenció en esta problemática, de la que se encuentran los menores que han cometido alguna infracción, que viven en centros reeducativos (centros de justicia juvenil), y el juez de menores les ha impuesto alguna medida bien cautelar o impuesta una condena en estos centros. 

A esta altura de nuestra conversación, una de las preocupaciones de María Jesús se centra en los “menores-mayores”. Se trata de jóvenes sin hogar, porque hay dudas a veces de su condición, son los menores extranjeros no acompañados.

Estos menores extranjeros no acompañados, son procedentes de África subsahariana y otros países de esta parte de África. La Administración se escuda en una falta de fidelidad de sus documentos de identificación, para practicarles unas pruebas, que son de dudosa fiabilidad. En algunos casos, los menores que llegan aquí con la condición de menor, pasan unos días en un centro de acogida. Se les practica una prueba y si el resultado de la prueba es que son mayores de edad, son expulsados del sistema de protección, sin ninguna otra protección. Una vez son reconocidos como mayores, llegan con un pasaporte con minoría de edad a centros de adultos y no los admiten. La razón de no admitirlos es que son menores de edad legalmente y porque “nadie ha declarado su mayoría de edad”.

“Nadie ha declarado nulo ese pasaporte, con lo cual se encuentran en un limbo de mayores-menores”. Son jóvenes en situación de vulnerabilidad, pueden tener en general entre. 16, y 21 años, sin una atención específica. Con problemas evidentes, carencias de todo tipo, proyectos frustrados, sin la atención psicológica adecuada y viviendo en albergues para personas sin techo. Sin un seguimiento educativo, sin una atención específica para los mismos. 

La denuncia me pareció contada con la credibilidad y la autoridad de quien ha vivido la historia, a través de las historias de los propios inmigrantes y profesionales de organizaciones privadas que trabajan con ellos, sin encontrar un resquicio legal a las leyes que permitiera, en caso de duda, considerarlo menor e ingresar en un centro bajo la tutela de la administración. 

Avanzábamos en la entrevista, para hacer referencia a niños que viven en algunos centros de acogida para mujeres que han sido víctimas de maltrato. Estos centros acogen a las mujeres víctimas de maltrato, donde los niños viven con sus madres. 

Otros casos son los de madres que ha cometido algún delito y los niños viven en prisión con ellas, esto plantea a veces problemas sobre idoneidad o no del entorno.

Después, en esta visión global, pasamos a viviendas inseguras. Estas viviendas la Administración Pública debería tenerlas cuantificadas porque saben que hay un problema de viviendas inseguras. Se han realizado propuestas a las Administraciones Públicas, para que cedan viviendas de los bancos, alquileres sociales, para que si hay una familia desahuciada con niños; que los Servicios Sociales pongan alguna vivienda, alguna residencia, para dar cobertura a esta situación.

En este sentido, reconoce la existencia de niños que viven en viviendas con otros familiares, compartiendo varias familias la misma vivienda en una situación masificada; o en viviendas ocupadas, o algunos asentamientos de Gitanos Roma

Nos cuenta lo que ha ocurrido en un asentamiento en Lérida, donde habría unos 25 menores de edad viviendo en condiciones bastante deplorables. No se puede decir que la Administración Pública no está haciendo nada en estos asentamientos, ya que van a recoger a los niños, los llevan al colegio. No hay tanto problema en absentismo, pero están en condiciones de vida muy malas. Por ello, debería empezarse por mejorar las condiciones materiales y de salubridad. Después, ya veríamos, cómo son los planes de intervención de reubicación de los asentamientos.

Las familias que no tienen renta mínima de inserción, a las cuales se les ha intentado desahuciar, se han quedado sin vivienda. En algún caso, puede acabar con una tutela por parte de la Administración. Esta situación no debería pasar, que una situación de pobreza conlleve una tutela por parte de la Administración. Lo que se debería es garantizar medidas para que la familia pueda vivir y tener los medios adecuados para cuidar de sus hijos.

Se está estudiando si las tutelas han aumentado con la crisis, pero lo que han aumentado
son las tutelas con las medidas de protección con la familia extensa. Esto nos lleva a pensar que hay que estar muy atento para evitar que en determinadas medidas prime el ahorro presupuestario. No siempre es bueno que la medida, por ejemplo, sea que vaya con el abuelo, cuando el núcleo maltratador es el hijo, es decir, si hay que separar al niño del núcleo familiar, a veces lo mejor puede ser una familia acogedora ajena o un centro y no una familia extensa.

Compartimos la reflexión sobre la reducción de plantillas de los Servicios Sociales, a nivel local, que puede estar llevando a no poder prevenir situaciones de familia, que pueden encontrarse en situación complicada en cuanto a la protección de los chavales.

Nos informa que se han hecho informes al Parlamento sobre reducción de los presupuestos en Servicios Sociales, no sólo de atención directa, sino servicios a la comunidad; tipo ludotecas, centros abiertos, incluso las escuelas, los jardines de infancia, guarderías, escuelas de padres, es decir, todo tipo de centros que se han visto reducidos de una manera clara por la crisis.

A esta denuncia, formula diferentes propuestas o recomendaciones, que comparto con ella. La contención de presupuesto de las Administraciones Públicas en Servicios Sociales que ya estaban infradotados, requieren un incremento de presupuesto ante la adversidad para poder trabajar la detección. 

No estamos previniendo suficientemente el maltrato, si no se trabaja adecuadamente la prevención y la detección estamos yendo solo a los casos graves; es decir, aquellos en los que pueda haber maltrato físico o maltrato grave. Pero qué pasa con la negligencia, que también es un caso de maltrato. En la negligencia debe haber una intervención protectora. Estos casos no los estamos detectando. Por poner un ejemplo: este fin de semana, en el barrio de San Martín, se ha descubierto un bebé que estaba en su domicilio, sus padres detenidos y parece que el niño ha muerto por deshidratación. En el domicilio se encontraron drogas, se encontraron signos de un tipo de familia desestructurada por problemas. Este es un ejemplo muy extremo, pero debemos detectar muchas actuaciones y es imprescindible mejorar la detección y la base son los Servicios Sociales, que no se han dotado de los recursos necesarios para cumplir esa función.

Hasta que no hay una situación de riesgo grave, no lo transfieren a los servicios especializados que son los servicios de atención a la infancia y a la adolescencia. Por eso los Servicios Sociales de base deben estar formados, deben tener recursos, para poder hacer esta función. Pero no se ha hecho esa mayor transferencia de recursos, de formación especializada para detectar situaciones y para poder actuar. Y sobre todo, dotaciónEs decir la reducción de recursos en los Servicios Sociales de atención a la infancia, hace que no se detecten situaciones de maltrato, de negligencia porque la mayoría de maltratos son negligencias.

Algunos casos graves no se detectan, pero el servicio de atención a la infancia, no está solo para los casos graves, está para detección a tiempo de estas acciones de precariedad y estas situaciones no se están detectando. 

Me preguntaban el otro día, ¿si se está tutelando más por razón de pobreza? Yo no considero que por razones de pobreza deba tutelarse. Yo creo que se deberían cubrir las necesidades, a parte del elemento principal, el derecho del niño a su mayor interés, incluso es más eficiente para la Administración Pública, porque al final resulta más caro tutelar a un niño, que no darle a su familia medios para que pueda vivir con todas la condiciones. 

Por el contrario, dada la crisis económica tan brutal que vivimos, a veces puede parecer extraño que no haya más tutelas, que habiendo esas condiciones de infravivienda o pobreza, y dado que a las familias no se les proporcionan medios para vivir en mejores condiciones, las tasas de pobreza, la malnutrición, etc, casi uno esperaría mayor número de intervenciones. ¿Pero cómo puedes intervenir ante lo no detectado?. 

Con esta última reflexión cerramos la grabadora a sabiendas que muchos temas se han quedado en su cabeza para otro momento, como puede ser la conferencia internacional en septiembre. La invito a participar como ponente, en la confianza de mientras tanto que vaya consiguiendo más datos de las administraciones y un mayor interés de los responsables políticos para que den respuesta a los problemas planteados en nuestra entrevista.

     Ángeles Diaz Vieco
Presidenta Fundación Simetrías Internacional


Día Internacional para los Niños de la Calle



 Sensibilización sobre los niños sin techo, que sufren malos tratos o abandono familiar y están acogidos en instituciones de protección, que viven  en asentamientos, en viviendas infrahumanas o inseguras en toda  Europa.



De nuevo en 2014, este año el 12 de abril, conmemoramos el día internacional de los Niños de la Calle (CRS) por las ONG, los políticos, las empresas y las personas interesadas de todo el mundo. 


Esta dedicación anual a un grupo particularmente vulnerable en nuestra sociedad se puso en marcha en 2011 por el Consorcio para Niños de la Calle (CSC ), la red líder dedicada a garantizar los derechos de los niños de la calle en todo el mundo.


El Proyecto europeo de los Niños que Duermen en la Calle (CRS) , financiado a través del Programa Daphne de la Comisión Europea, ha aprovechado la ocasión del 12 de abril de 2014 para crear conciencia sobre su importancia, cada año mayor número de menores duermen en la calle en toda Europa.


Estos niños viven  en nuestros centros urbanos de toda Europa rara vez se les reconoce, son invisibles, ni siquiera se dan cuenta de ellos los vecinos, los residentes en un barrio, las autoridades locales, aunque su número sigue en aumento. 


Sin embargo, más allá de estas cifras de crecimiento, existe relativamente poca información sobre los niños que duermen en la calle. Las cifras indican que más de 140.000 niños desaparecen cada año en el Reino Unido solamente.


En Europa, los niños, niñas y jóvenes que duermen en la calle son representados por los fugitivos que huyen de sus hogares por conflictos familiares o como resultado de ser expulsados por su familia, o  están tutelados y optan por abandonar el centro de protección o reforma escapando de estos centros, por último los menores extranjeros no acompañados que entran en Europa.

El problema planteado por cuestiones relacionadas con los niños, niñas y jóvenes que duermen en la calle es importante a escala europea, especialmente en el clima económico actual en el que nuestros gobiernos están aplicando medidas de austeridad para reducir el déficit presupuestario. 



Por otra parte, entre las autoridades locales el apoyo prestado a este grupo  varía de región a región.


Rara vez se reconoce que estos niños, niñas y jóvenes son especialmente vulnerables a las amenazas que plantea el abuso de drogas, la explotación sexual y la violación de niños.

Además, con el fin de sobrevivir en la calle que se encuentran en alto riesgo de convertirse en autores de la violencia y el crimen contra las personas más débiles o de otros menores.

Se puede hacer mucho para reducir el número de niños, niñas y jóvenes que duermen en la calle, sobre todo en términos de estrategias de prevención y mediante el aumento de la visibilidad de estos niños con el fin de asistirlos de manera concreta a superar  sus circunstancias.


En este sentido, los resultados de investigaciones actuales de nuestros profesionales del proyecto Niños que Duermen en la Calle (CRS) ya dan indicaciones claras, que muestran un camino viable a los gobiernos nacional, regional y local para que contemplen un mayor apoyo a los niños que viven en hogares y / o en familias extensas por sufrir su familia situaciones de extrema vulnerabilidad. 


De hecho, como estos estudios muestran, casi todos los niños que viven en nuestras calles han tenido previamente algún tipo de contacto con los servicios sociales. 


En consecuencia, sigue existiendo la urgente necesidad de apoyar a los niños ya acogidos en centros de protección social. Aún así, representan un segmento particularmente frágil de los menores que a menudo terminan en las calles. Las soluciones incluyen la estructuración de las opciones de vivienda adecuada para los niños que viven en la calle con el fin de acompañar y apoyar con la ayuda de equipos profesionales de confianza. Esto ha demostrado ser una opción  para abordar responsablemente.


También tenemos que dar voz a los agentes sociales, las ONG, los trabajadores sociales y las organizaciones de voluntarios que trabajan en las calles de Europa, por lo que podemos llegar a estar más atentos a sus ideas, opciones y mejores prácticas en esta materia.


Los niños que duermen en la calle es un proyecto financiado por la Comisión Europea bajo el Programa Daphne. 


Se identifica por la JUST/2011/DAP/AG/3022 


Más información sobre el proyecto se puede encontrar en la web



Twitter:  @ CRS_Project



Socio local del proyecto europeo CRS: Simetrías Fundación Internacional










Coger la puerta... y volver otra vez






La mayoría de los 12.000 menores desaparecidos al año se fugaron o los echaron sus padres

El 70% regresa antes de los tres días

El principal origen de las huidas es la violencia familiar

“Mi padre no me trataba mal, pero intenté tomar decisiones por mí misma”

Raquel Vidales 18 MAR 2014 - 00:01 CET13
 


                         Los menores que se fugan pueden acabar en la calle. / Andrea Zanchi (Getty)


A veces se escapan después de una gran discusión con sus padres. O porque sus padres discuten entre sí. Otras veces tienen miedo de contarles que han suspendido o que tienen problemas en el colegio. O en el caso de las chicas, porque se han quedado embarazadas. Hay también motivos más graves, como maltrato, violencia familiar o acoso escolar, aunque el problema no debe circunscribirse a entornos altamente conflicitivos: las fugas de adolescentes se producen en todas las capas sociales y son la principal causa de “desaparición de menores”. De hecho, según informó ayer el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, la mayoría de las 12.246 denuncias de menores desaparecidos registradas en 2013 fueron huidas resueltas en poco tiempo, bien porque el propio fugado decide volver o porque ha sido localizado por las autoridades.

La Fundación ANAR, que gestiona en España el teléfono europeo para casos de menores desaparecidos (116000, armonizado con toda la UE), ofreció ayer en la presentación de su memoria anual una radiografía bastante exacta del problema. De los 229 casos de menores desaparecidos que registró durante 2013 —filtrados entre las 1.871 llamadas que atendieron a lo largo del año—, el 50,2% fueron fugas de adolescentes, un porcentaje al que debe sumarse otro 18,8% que correspondió a situaciones en las que los echaron de casa. “La barrera entre los que deciden huir y los que se van porque les han echado es muy difusa, porque en general un padre que echa a su hijo lo hace en una situación de desesperación, durante una discusión y sin esperar que se cumpla esa orden. Solo en un caso nos encontramos el año pasado con que el menor, cuando quiso volver a casa, se encontró con la puerta cerrada”, explica Leticia Mata, directora del Teléfono ANAR. “Hemos querido diferenciarlo en las estadísticas por primera vez este año porque estamos detectando cada vez más casos de adolescentes expulsados de casa. Es un problema parecido a las fugas, pero a veces más complicado de resolver porque los que huyen de manera premeditada a veces tienen algún plan —irse a casa de un amigo, por ejemplo—, mientras que los que se van porque sienten que han sido expulsados pueden acabar en la calle sin más”, advierte Mata.

En total, entre los que se van y los que fueron echados, el 69% de los casos de desaparecidos atendidos por ANAR fueron en realidad fugas o resultado de conflictos familiares. El resto correspondieron a secuestros parentales (19,6%), secuestros por terceros o pérdidas accidentales. “La fuga es un problema que generalmente queda silenciado y no se trata de manera adecuada. Por ejemplo, muchas veces los padres ni siquiera se ocupan de retirar la denuncia cuando el hijo reaparece, intentan olvidar el suceso. Pero es importante no olvidarlo, hay que hacer un seguimiento y buscar la causa última de ese comportamiento, porque los que se fugan una vez tienen muchas posibilidades de hacerlo de nuevo”, afirma Diana Díaz, psicóloga y subdirectora del Teléfono ANAR. “Y no hay que esperar 24 horas para hacer la denuncia, en contra de la creencia general. Es mejor llamar cuanto antes, las primeras horas son vitales para localizar pronto a los fugados”, subraya.
¿Y cuál es el la causa última de una fuga? “Normalmente se dispara por un conflicto familiar grave. La mayoría de las huidas son provocadas por situaciones de violencia o castigos, maltrato físico o emocional y abusos sexuales. Aunque también pueden producirse simplemente por una disputa muy fuerte o por situaciones deseperadas en las que los chicos no consiguen visualizar un proyecto de vida propio para el futuro. También hay huidas que llamamos aventureras, por un deseo de conocer qué hay más allá del hogar, o pasionales, para estar con un novio o novia que no aceptan los padres, aunque estas situaciones son mucho menos frecuentes”, explica Germán Castellano, pediatra acreditado en medicina de la adolescencia de la Asociación Española de Pediatría y expresidente de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia. La franja de edad más problemática se sitúa entre los 14 y los 18 años, afirma este experto.


Según Castellano, alrededor del 70% de los que se escapan vuelven a casa antes de tres días, mientras que el 15% regresa entre tres y 14 días después de la fuga y el 12% después de más dos semanas. Solo un pequeño porcentaje, en torno al 3%, no vuelven porque no se les localiza o alcanzan la mayoría de edad. “Esto significa que, por mucha violencia y dolor que sufra un menor en su casa, siempre querrá volver con su familia porque ahí es donde, en el fondo, siente que pertenece. La familia lo es todo para un menor”, sostiene.

Las cifras de fugas de menores que maneja la Fundación ANAR no han experimentado grandes cambios en los últimos años y los porcentajes suelen ser similares todos los años, aunque sí varían las causas a medida que los modelos de familia van cambiando. Por ejemplo, influye mucho con quién vive el menor. También advierte de la circunstancia de que solo en el 31,4% de los casos el menor desaparecido vive con sus dos padres y el 13,9% con ninguno de ellos, sino con otros familiares, en centros acogida, con amigos o con su pareja. “Cuando los padres viven separados, es muy común que los hijos se vayan sin avisar de la casa del progenitor con quien viven normalmente (en su mayoría la madre) y aparezcan en casa del otro como castigo”, dice Mata.

María Antonieta Delpino, socióloga e investigadora de la Liga Española de la Educación (LEE), apunta otro motivo que ha surgido en las últimas décadas. “El conflicto con los padres es común en el adolescente, necesita distanciarse de ellos para construir su identidad y por eso se rebela contra las normas familiares. Pero de una pelea a una fuga hay un gran paso y el motivo tiene que ver, siempre que no estemos hablando de entornos de violencia o malos tratos, con un problema de ejercicio de autoridad. Muchos padres de hoy viven desconcertados porque no saben cuál es su papel, no quieren ser autoritarios como sus padres pero no saben como imponer límites a sus hijos”, opina Delpino, que ha realizado varios informes sobre los adolescentes para la LEE, sostiene que esta tendencia de los padres de hoy a ser más dialogantes y cercanos con sus hijos les ha hecho olvidar que deben marcarles límites, por lo que cuando llegan a la adolescencia y empiezan a rebelarse no pueden controlarlos y tratan de imponerse por la fuerza; en consecuencia, como el niño no está acostumbrado a que le fijen normas, se rebela y tiene más riesgo de querer fugarse. La investigadora destaca un dato extraído de su estudio Conflictos en la adolescencia: el 6% de los más de 3.000 estudiantes de entre 15 y 18 años encuestados para este trabajo respondió que creía que sus padres no tenían autoridad. “Y si el 6% se atreve a decir que sus padres no tienen autoridad, hay que pensar que el porcentaje es mucho más elevado”, apunta la socióloga.

No obstante, Delpino subraya que no todo son consecuencias negativas. “Esta buena disposición al conversar con los hijos tiene grandes ventajas. Una que detectamos en nuestro estudio es que al 75% de los adolescentes les gusta estar con sus padres. Esto quiere decir que la mayoría de las familias consiguen buenos resultados con el diálogo. Y contradice esa idea estereotipada de que el adolescente quiere vivir sin restricciones ni control parental. Es falso: ellos esperan de sus padres criterios y normas para enfrentarse a la vida”, razona.

Hay que desdramatizar la adolescencia, dice Delpino, y encararla sin temor. “Muchos padres llegan con pánico a esta etapa y no se ven capaces de afrontarla, con lo que acaban abdicando de sus responsabilidades por puro temor. De hecho, muchos de esos padres que se muestran tan preocupados por sus hijos adolescentes son los que luego no acuden a las reuniones a las que se les convocan en los centros educativos para abordar el problema”, comenta.

La situación en Europa es similar a la española. El teléfono 116000 —gratuito y con servicio 24 horas— también está disponible en otros 12 países de la UE. En 2011, según los últimos datos globales de la red Missing Children Europe, se atendieron 89.886 llamadas que derivaron en 4.400 casos de desaparecidos. De ellos, el 67% correspondieron a fugas del domicilio familiar (incluidas las expulsiones), un porcentaje muy similar al 69% registrado en España en 2013.

Aunque las cifras también se mantienen sostenidas en Europa, tres eurodiputados italianos presentaron el año pasado una propuesta de resolución que pide al Consejo Europeo y a la Comisión que promueva proyectos de apoyo a las familias, para ayudar los padres a comprender y prevenir las razones de una fuga, y que involucren también a los propios adolescentes dándoles información suficiente y amplia sobre los riesgos que implica la vida en la calle.

El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, anunció ayer que el Ministerio del Interior aprobará en breve la Alerta Menor Desaparecido, un nuevo sistema para localizar a niños y adolescentes a través de mensajes a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado mediante redes sociales y medios de comunicación social. “Se ha contratado un número para la colaboración ciudadana, se ha diseñado ya el mensaje de alerta y la web del Ministerio del Interior está ya preparada para alojar este nuevo sistema. Todo Está listo y es una magnífica noticia”, dijo durante la presentación del informe de ANAR.

El secretario de Estado hizo hincapié, además del problema de las fugas, en el alarmante aumento de secuestros de niños o adolescentes por uno de sus progenitores. En 2013 se registraron 236 casos de secuestro parental (un 12,9% más que el año anterior), de los que fueron víctimas 313 menores. "Estamos lamentablemente ante un fenómeno con un gran crecimiento", advirtió, aunque añadió que la mayoría de los casos (197) fueron esclarecidos.


Mi padre no me trataba mal, pero intenté tomar decisiones por mí misma”

LAURA RIVAS MARTÍNEZ

“Yo era muy pequeñita, lo recuerdo como un viaje. Me molestaba la arena en Brasil, tenía un columpio... Mi padre no me trató mal, yo era su niña, y ya está”. Tanit Sandoval Rodríguez tiene 21 años. En 1996, cuando vivía en Ibiza con su madre, su progenitor (de nacionalidad argentina) la secuestró, llevándosela a Brasil y luego a Uruguay. Aunque la niña no era consciente, el suplicio de Francisca Rodríguez Moreno, su madre, duró ocho meses: “Estaba perdida, no sabía qué hacer”.

Hasta 2002, el secuestro parental no constaba como delito en el Código Penal, lo que dificultaba el acceso a la justicia de los padres, explicó ayer una portavoz de ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo). Rodríguez terminó acudiendo al programa Quién sabe dónde. El equipo de investigación televisivo recibió un chivatazo sobre el posible paradero de la niña, que entonces ya estaba en Uruguay, a través de cuya justicia la recuperó.

El Ministerio del Interior publica que este fenómeno está en auge: en 2013 se registraron 236 casos de secuestro parental (un 12,9% más que el año anterior) de los que fueron víctimas 313 menores (un aumento del 22%).

Durante la ponencia de este lunes, organizada por ANAR, ofrecieron testimonio cuatro víctimas. Fue proyectado un vídeo del programa de televisión de 1997 en el que Rodríguez trata de enviar un beso a su hija y no puede a causa del llanto. Al presenciar las imágenes, ni la madre ni la hija pudieron contener las lágrimas. Sandoval de pequeña nunca vio esos vídeos: su madre prefirió esperar a que fuera mayor de edad. La hija, vestida con una elegante blusa blanca y perlas en las orejas, recordaba el reencuentro con una sonrisa: “Me trajo una muñeca de Pocahontas”. Y aseguró que está bien, que no tiene secuelas. Solo insistía en que lo más importante es la atención al niño. “Los psicólogos tienen que explicarle la situación, para que comprenda”. Después del secuestro, hasta los 12 años, siguió viviendo con su padre cada dos semanas. “No podía ir al McDonald’s con mis amigas después de un campeonato [de gimnasia rítmica] porque me obligaba a irme con él”. Y ella no quería, aunque él no la tratara mal. Cuando llegó a la adolescencia, rompió el contacto. “Intenté decidir por mí misma”. No lo retomó hasta los 18 años, cuando dio el paso para conocer a sus hermanas.

Un punto en común que reiteraron todos los afectados es la “sangría” de dinero que supone enfrentarse a un caso de secuestro parental. “No se puede permitir que la gente sin dinero no pueda recuperar a su hijo”, exclamó vehemente Amparo García, madre afectada y miembro del patronato de la Fundación Child Care. Yuri Sasson Moscona, de nacionalidad mexicana, explicó que en el proceso judicial de recuperar a su hijo —que hoy tiene 12 años— contrajo una deuda 250.000 euros —“que no eran míos y que yo no tenía”—.




 http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/03/17/actualidad/1395089700_590273.html?rel=rosEP

La pobreza juvenil crece en mayor proporción



Casal Dels Infants
La pobreza juvenil es un tema muy preocupante para organizaciones que, como el Casal, luchan para evitar que crezca. A pesar de los esfuerzos para evitarla aún queda mucho trabajo por hacer.

Más de un 40% de los jóvenes sigue sin trabajo y esto afecta sin duda a su autonomía y autoestima. Estos datos se desprenden del último informe de Indicadores Sociales en Cataluña (INSOCAT) del ECAS, la federación de Entidades Catalanas de Acción Social que trabajan de manera prioritaria con colectivos en situación o riesgo de exclusión social.

Este volumen es un monográfico sobre la situación de los jóvenes, una lectura para reflexionar!

Indicadores Sociales en Cataluña. Monográfico Jóvenes. (ECAS)

 

El 37% de paro, la precariedad laboral y las dificultades de acceso a la vivienda posponen la transición a la vida adulta.

Tercer Sector , Joventut Dijous, 3 d'abril de 2014, a les 12:15 h

El Último Informe de indicadores sociales en Cataluña ( INSOCAT ) , publicado por ECAS , muestra de Me Creciente dualización sociales ensaña con los jóvenes y proyecta sin Escenario presente y futuro desolador .


Paro disparado ( aletas diciembre 45,8% Entre los jóvenes de 20 a 24 años ) , y precariedad inestabilidad laboral, falta de Ingresos y de protección social Pocas posibilidades de recalificación laboral y la ONU Sistema Educativo infradotado , con la ONU Que presupuesto se ha reducido ONU 17% Entre 2009 y 2012 , dibujan ONU Pocas mucho con panorama salidas miedo a los jóvenes. En contexto este , la emigración aparece como una opción al alza y sube especialmente entre los jóvenes autóctonos :  Casi uno de cada cuatro, hizo las maletas en 2012 saliendo SALIDA del País de los Menores de 29 años contribuye al envejecimiento mundial de la población , TENDENCIA Consolidada desde principios de siglo .

Los jóvenes representan hoy la ONU el 16% del total de y sufren con especial crudeza las consecuencias de la crisis , Que dificulta el acceso a la vivienda y pospone la decisión de tener hijos . La paradoja Positiva en el Terreno Educativo de Que es los la tasa de estudios abandono prematuro ha bajado casi diez despeje Entre 2008 y 2012 , pero aún se sitúa puntos diez cuasi miedo Sobre la Media europea ( 24,02% en Cataluña, 13 , 5% en la UE ) . 
 Además , el volumen de jóvenes Que no acaban los estudios Universitarios ha aumentado desde 12,6% , la calidad de Cosa refleja Que por un lado se ha asumido la necesidad de calificarse por OPTAR un insertarse en el mercado de trabajo , pero por otro encarecen las matrículas , se Importante requiere dedicación y se reducen las posibilidades de ascender socialmente por la vía de la Capacitación . En este sentido , los datos muestran Que el círculo de la pobreza tiende un perpetuarse y es muy Difícil de romper: la pobreza juvenil crece en mayor proporción de Me en general ( el riesgo de pobreza ha pasado del 14 % en 2005 al 21 , 6% en 2011 , frente al 16,9% de Entre Mayores dE 29 años ) y las transferencias sociales tienen una incidencia muy baja , ya Que son principalmente Prestaciones Económicas y Que No perciben los jóvenes ( pensiones , Paro y renta Minima de inserción) . 
 Los jóvenes de origen Inmigrante sufren de manera más significativa la situación , tanto en el Terreno comunidad académica en el laboral. El Motivo director por el que abandonan prematuramente los estudios son las dificultades Económicas y ( 47% si son de primera generación y 35 % si es la familia la que inmigró , Ante el 20 % de los autóctonos ), tienen sin índice de Desempleo más alto y están sobrerrepresentados en los segmentos ocupacionales más bajos, mientras Que son prácticamente inexistentes los Niveles directivos y gerenciales . Lea el Informe completo aqui.

Aumenta el número de menores en el centro de la Purísima a 180

Melilla ha sufrido un repunte en la entrada de Menores Extranjeros no Acompañados. En cuestión de días, el centro de la Purísima ha pasado de una ocupación de 120 a los 180 internos. Una media de cuatro o cinco entradas por día que podría deberse al efecto llamada que para estos menores supone la Feria y, sobre todo, el regreso de las atracciones. El Gobierno asegura tener suficientes medios para atender este repunte y pide tiempo para comprobar si estos menores, en su mayoría marroquíes de entre 15 y 17 años de edad, han entrado para quedarse o como previo paso a la península. Ya están alertadas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.




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